La historia de la finca.
una historia familiar
la historia de Domaine Philippe Gilbert Comenzó en 1768 con François Gilbert. Este tabernero se hizo cargo de las viñas de su suegro y creó la finca desde cero. Desde entonces, el Domaine Philippe Gilbert es una verdadera historia familiar que promueve la artesanía. El saber hacer familiar se transmite tanto en el viñedo como en la bodega. la corriente Philippe Gilberto se hizo cargo del dominio. Después de sus estudios en el Liceo de Lyon, no tenía ninguna intención particular de hacerse cargo del campo. Artista y entusiasta, comenzó su carrera como autor de obras de teatro. Cuando su padre muere repentinamente, se da cuenta de que la transmisión del conocimiento familiar recae en él. Vuelve a su tierra y trabaja con el enólogo de la casa, Jean-Philippe Louis. De generación en generación, las añadas son siempre más puras, auténticas y permiten apreciar el magnífico terroir de Salón Menetou.
El viñedo Menetou-Salon
Una denominación sublime
La finca se extiende sobre 28 hectáreas de viñedo distribuidas entre sauvignon blanco y pinot negro. Las vides están plantadas en laderas, en una estrecha franja de 5 km por 25 km. Encontramos el kimmeridgiano de Champagne o Chablis o incluso el nombre Sancerre vecino. Este suelo es la huella del mar presente en el territorio hace siglos y que dejó miles de conchas de ostras. La mineralidad de este suelo es tan pronunciada que deja una huella salina en los vinos. Desde su instalación en 1998, Philippe Gilberto emprende una conversión a la agricultura organico luego en biodinámico en 2006. El objetivo es resaltar toda la tipicidad del terroir. Una misión exitosa para el enólogo, a medida que avanzan las añadas la mineralidad se expresa aún más.
Los vinos de la finca.
El diálogo entre la vid y el viticultor
el Dominio Gilbert busca expresar la identidad del terroir vinificando parcela a parcela para las grandes añadas. Los candelabros proviene de una parcela de una hectárea de sauvignon blanco por ejemplo. En bodegas la crianza se realiza en tinas de acero inoxidable o en tinas para los blancos y parte en barricas para los tintos. En general, la finca ofrece una docena de añadas si las condiciones de la añada lo permiten. En la cata lo que más nos llama la atención es la huella salina y mineral tanto en los tintos como en los blancos. Los blancos son cristalinos y los tintos nos recuerdan a ciertos grandes Pinot Noir de Borgoña. ¡No esperes más para descubrir estas magníficas botellas!