Dom Pérignon, un viaje a través de los siglos
De la abadía de Hautvillers a la élite del champagne
Esta casa Dom Pérignon lleva el nombre del famoso monje benedictino Pierre Pérignon, que vivió en el siglo XVII. Aunque no fue el inventor de champagne, como sugieren algunos mitos, jugó un papel crucial en el perfeccionamiento de los métodos de elaboración del vino para esta bebida espumosa. Como jefe de bodega de la abadía de Hautvillers, Dom Pérignon buscó constantemente mejorar la calidad del vino y es en esta búsqueda de la perfección que se dice que implementó prácticas que todavía se utilizan hoy en día, como el prensado suave de las uvas para evitar la oxidación.
A lo largo de los siglos, la casa Dom Pérignon ha pasado por manos de varios propietarios, pero siempre se ha conservado el espíritu de innovación y tradición. Hoy, la marca pertenece al grupo LVMH (Moët Hennessy Louis Vuitton), líder mundial en lujo. Esta adquisición permitió a Dom Pérignon beneficiarse de la influencia internacional manteniendo al mismo tiempo la calidad y el prestigio que han hecho su reputación. LVMH se esfuerza por perpetuar el legado de este gran nombre, ofreciendo champagnes excepcionales que atraen tanto a los conocedores como a los aficionados en busca de una experiencia sensorial única.
Un Terroir Excepcional en el Corazón del Champagne
De prestigiosas laderas a excelentes uvas
Dom Pérignon es un champagne añada, lo que significa que cada añada procede exclusivamente de uvas de un solo año, ofreciendo así una expresión única del terruño y clima de esa época. El viñedo Dom Pérignon está ubicado en las parcelas más prestigiosas de la región de Champagne, principalmente en los alrededores de Hautvillers, pero también en los grandes crus de Aÿ, Bouzy, Verzenay y Avize. Estos viñedos se benefician de un suelo calcáreo excepcional, característico de la región, que confiere a las uvas una mineralidad incomparable y contribuye a la complejidad aromática de los vinos.
La principal variedad de uva utilizada para la elaboración de champagnes Dom Pérignon es la Chardonnay, combinada con Pinot Noir. Este matrimonio armonioso entre dos variedades de uva emblemáticas de la región permite producir champagnes equilibrados, elegantes y muy ricos. El terruño único de Champagne, con sus ideales condiciones climáticas y suelos calizos, ofrece un marco perfecto para la maduración de la uva, garantizando vinos de gran finura.
En términos de agricultura, Dom Pérignon está comprometido con prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. La viticultura sostenible y la biodinámica se integran en los procesos para preservar la biodiversidad y garantizar la mejor calidad posible de la uva. La vendimia se realiza a mano, asegurando así una rigurosa selección de los racimos.
El arte secreto de la elaboración del vino Dom Pérignon
Detrás de escena de la creación de un Champagne excepcional
La vinificación de los champagnes Dom Pérignon se basa en un enfoque a la vez riguroso y meticuloso, cuyo objetivo es extraer toda la riqueza y sutileza de las uvas de los mejores terruños. El proceso comienza con una doble fermentación: la primera en cuba para transformar el mosto en vino tranquilo y la segunda en botella, donde el vino desarrolla su característica espuma. Es durante esta segunda fermentación, llamada “prise de mousse”, que Dom Pérignon logra su firma única en términos de textura y finura de las burbujas.
Los vinos se crían sobre lías, técnica que consiste en dejar el vino en contacto prolongado con sus levaduras, para enriquecer sus aromas y aportar redondez en boca. Los champagnes Dom Pérignon envejecen en bodegas durante al menos ocho años antes de salir al mercado, lo que les confiere gran profundidad y complejidad. Durante este período, los vinos desarrollan aromas característicos de fruta madura, brioche, flores blancas y avellana, acompañados de sutiles notas minerales, propias del terruño calcáreo de la Champagne.
La tipicidad de los champagnes Dom Pérignon reside en su perfecto equilibrio entre potencia y elegancia. Los champagnes añejos se elaboran únicamente en años considerados excepcionales, donde las condiciones climáticas permitieron una madurez óptima de las uvas. Así, cada botella cuenta la historia de un año, manteniéndose fiel a la identidad de la finca. Este carácter único e inimitable hace de Dom Pérignon uno de los champagnes más buscados y apreciados en todo el mundo, prometiendo una experiencia sensorial extraordinaria en cada degustación.