Domaine Antoine Olivier

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Vinos Domaine Antoine Olivier

El icónico

  • Domaine Antoine Olivier - Saint-Jacques 2020 - Rully

      Domaine Antoine Olivier - Saint-Jacques 2020 - Rully

      Bourgogne • Rully • Blanco

      Precio habitual 152,40€ IVA INCLUIDO
      Precio de oferta 152,40€ IVA INCLUIDO Precio habitual
      Precio unitario 25,40€ / unidad

      En existencias

      Agotado

    • Domaine Antoine Olivier - Clos des Champs Carafe 2020 - Santenay

        Domaine Antoine Olivier - Clos des Champs Carafe 2020 - Santenay

        Bourgogne • Santenay • Blanco

        Precio habitual 180,00€ IVA INCLUIDO
        Precio de oferta 180,00€ IVA INCLUIDO Precio habitual
        Precio unitario 30,00€ / unidad

        En existencias

        Agotado

      Historia de la finca Domaine Antoine Olivier

      la historia de Domaine Antoine Olivier

      La historia de esta finca familiar.

      Santenay, tierra de pasión

      Esta finca familiar fue creada en 1967 en santenay en Borgoña. Hervé Olivier hereda algunas viñas de su abuelo y luego amplía la propiedad comprando parcelas. el familia olivier dedicó sus esfuerzos a poner en valor los terroirs antiguos, que fueron reconocidos por la producción del vino blanco Santenay. Estos terruños que datan de más de un siglo han permitido a esta finca gozar de muy buena reputación en la región. La mayoría de los vinos blancos de santenay son producidos por esta propiedad. En 2003, Henri pasó el testigo a su hijo, Antonio Olivier. Este talentoso enólogo se mantiene fiel a sus convicciones como enólogo: rigor profesional, conservando un toque de ligereza en su trabajo. Sumérgete en el mundo de este enólogo, donde el chardonnay y el pinot noir son maestros y donde la preservación del medio ambiente es fundamental, para nuestro mayor placer.

      Preservar el territorio, una prioridad

      La calidad de un vino comienza con el respeto al terruño

      El viñedo de 12 hectáreas Domaine Antoine Olivier permite producir la mayoría de vinos tintos (7 hectáreas). El viticultor trabaja su tierra con el mayor respeto por la naturaleza y sus viñas. Como le gusta decir, “La calidad de un vino comienza con el respeto al terruño y al medio ambiente”. En el viñedo no se utilizan productos sintéticos, pesticidas ni siquiera herbicidas. Para mantener sus suelos, el viticultor fomenta el arado y favorece el uso de infusiones. Los rendimientos son limitados y la cosecha es manual. Todo este cuidado puesto en las viñas nos permite obtener uvas sanas que reflejan la más pura expresión de sus terroirs. Este viticultor adopta prácticas agrícolas organico y biodinámico. Optó por no solicitar certificaciones. Su objetivo no es tener una etiqueta sino promocionar sus terruños, respetar el medio ambiente y transmitir un patrimonio preservado a las generaciones futuras.

      Gran cuidado durante la elaboración del vino.

      Vinos que expresan plenamente su terruño

      Tanto en el viñedo como en la bodega, preservar la calidad del fruto es una prioridad. Para elaborar vinos tintos, las uvas se clasifican cuidadosamente y luego se despalillan o se almacenan. cosechas enteras dependiendo de la madurez y estilo de vino buscado. Las cosechas enteras varían desde el 25% para las cosechas más fáciles hasta el 100% para los terroirs más complejos. Luego la uva se coloca en tinas de acero inoxidable donde permanecerá durante aproximadamente 3 semanas. No se realizan remontados, únicamente remontados. El remontado permite bombear el mosto (el mosto de uva en fermentación) desde el fondo del depósito hacia arriba y favorecer así una suave extracción de los taninos. Cuando finaliza la vinificación, los vinos se guardan en barrica durante un mínimo de 12 meses. Para la elaboración de vinos blancos, la uva se prensa mediante una prensa mecánica tradicional para extraer todo el mosto. Tras un rápido desfangado, los mostos se introducen en barricas para que se realice la fermentación. Este último dura varias semanas durante las cuales se realizan agitaciones. Posteriormente los vinos permanecen durante 12 meses en barrica sobre lías y sin trasiegos. Tras un año de paso en barrica, todos los vinos finalizan su crianza en tinas durante un periodo de varios meses. Esto permite que los vinos se estabilicen naturalmente antes del embotellado. Los vinos tintos no se clarifican ni se filtran. En cuanto a los vinos blancos, se filtran ligeramente para preservar su brillo y claridad.