una historia familiar
Una finca familiar desde hace 5 generaciones.
La historia comienza en 1880, cuando Jacques Lignier compró algunos terrenos en Morey-Saint-Denis en el corazón de la Costa de las noches. Desde entonces, el funcionamiento y el know-how se han transmitido de padres a hijos. La finca se amplió en los años 1960. En 2006, Laurent, el hijo de Hubert, se hizo cargo de la operación. Su padre lo ayuda y utiliza sus habilidades comerciales para promover el campo. Hoy, el dominio se encuentra entre las referencias del Costa de las noches y el dúo padre-hijo, explota 9 hectáreas de viñedos y crea 24 denominaciones de origen (Borgoña, Village, Premiers y Grands Crus).
Viticultura verde
Protección del medio ambiente a favor de la vid
Domaine Hubert Ligner es parte de un enfoque respetuoso con el medio ambiente. Las viñas se cultivan desde los años 90 sin herbicidas ni insecticidas. El suelo es respetado y protegido para favorecer el desarrollo de la biodiversidad y los microorganismos. Esta vida del suelo favorece el equilibrio de los vinos y el crecimiento sano de las vides. Las vides son tratadas según los principios organico. El viñedo de 9,5 hectáreas está plantado con pinot negro y de el aligoté, complementado con gamay y chardonnay. Las vides se cultivan según los principios deagricultura orgánica.
Los vinos de la finca.
Vinos para beber y degustar
Domaine Hubert Lignier apunta a la excelencia y busca transmitir en sus vinos la más pura expresión de su bello terruño. Limita al máximo las intervenciones durante la vinificación y la crianza para que el vino se revele de forma natural. Para ello, la calidad prima y moldea el resultado final. Los vinos combinan finura, frescura y elegancia con una sustancia increíble en el paladar. Cada uno de los terroirs, ya sea Gevrey-Chambertin, Morey Saint-Denis o incluso en Clos de La Roche, expresa toda su tipicidad en el vino.
La crianza es larga, sobre lías pero sólo entre un 20 y un 30% de barricas nuevas para no estropear el vino final. El embotellado se realiza por gravedad, sin clarificar ni filtrar. Como resultado, los vinos desarrollan una frescura increíble y un fantástico potencial de envejecimiento.
Todas las añadas son preciosas y nos gustan especialmente:
- el 1er Cru en Combottes que ofrece una delicadeza y una profundidad incomparables
- 1er Cru Les Chaffots.
- el Aligoté de Borgoña Ofrece un placer inmediato al paladar, entre frescura y redondez, admirable.