Domaines Chermette
una historia familiar
En el siglo XVII, en un lugar llamado Le Vissoux Es una pequeña finca que pronto se centrará en la producción de uva. A principios del siglo XX, Mauricio Chermette se hace cargo de la gestión de esta finca vinícola y dará un gran impulso al Domaine reestructurando el viñedo. El vino producido en la época, puesto a la venta, ya tenía buena fama. Pierre-Marie Chermette, hijo de Maurice, se hizo cargo de la finca familiar en 1982. En una búsqueda cada vez mayor de la calidad, decidió hacerse cargo de todo el proceso de elaboración de sus vinos. Desde entonces, desde el cultivo de la viña hasta la comercialización del vino, Pierre-Marie y su equipo tienen el control total de su producto. Simultáneamente con la llegada de Martine Chermette En la empresa decidieron ampliar su viñedo y se interesaron especialmente por las añadas. Luego adquirieron parcelas en las prestigiosas denominaciones Fleurie, Moulin-à-Vent, Brouilly y San Amour.
Vinos autenticos
El arte de elaborar vino lo más cerca posible de la uva
el Domaines Chermette produce vinos de alta calidad, que se destacan de sus pares en el Beaujolais. De hecho, para la elaboración de su vino, Pierre-Marie decidió tomar el camino de la autenticidad. Al optar por no chaptalizar y no añadir levadura durante la vinificación, consigue producir “Cuvées tradicionales de viñas viejas”. Esta vinificación realizada según la pura tradición Beaujolais nos permite elaborar vinos lo más cercanos posible al terruño. Según Pierre-Marie Chermette, este método se adaptó a gamay permite la extracción del vino lo más natural posible. Chermette comercializa así Beaujolais tinto, rosado y blanco. El lema de la finca “El arte de elaborar vino lo más cerca posible de la uva” se confirma en el vaso. De hecho, al tiempo que revelan la identidad de los diferentes terroirs, los vinos de chermet giran en torno a una fruta patinada con mucho encanto. Son vinos delicados y fieles y su excelente relación precio-placer los hace imprescindibles.