La historia de la casa Rossignol-Trapet
Una familia de entusiastas en Borgoña
Familias ruiseñor, originarios de Volnay y Trapet de Chambolle, tienen una larga trayectoria como viticultores. el Domaine Rossignol-Trapet nació de la división en 1990 de las viñas de Dominio Trapet. La finca marcó un hito en 1997 al optar por cultivar parte del viñedo en biodinámico. Toda la finca fue reconvertida en 1997. Por ello no se utilizan herbicidas, los cuidados que se dan a las vides son naturales, el arado es regular, se elaboran preparados a base de plantas (cola de caballo, diente de león y/o ortigas). También se depositan en el suelo sílice y estiércol de cuerno para favorecer el crecimiento armonioso de las vides. Hasta la fecha, son los hijos, Nicolas y David Rossignol, quienes gestionan la finca.
La tierra de Borgoña
En el origen del vino
Los viñedos de la finca se extienden sobre 14 hectáreas y se reparten por los pueblos de Beaune, Savigny-lès-Beaune y por supuesto Gevrey-Chambertin. La producción se reserva principalmente a los vinos tintos (13,3 hectáreas) frente a las 0,7 de chardonnay. Las vides, con una edad media de 60 años, están plantadas sobre suelo arcilloso-calcáreo. La perfecta exposición de las viñas, la sutileza y diversidad de los climas de Borgoña permiten que la finca produzca vinos elegantes y de buena calidad.
Domaine Rossignol-Trapet
Carácter y saber hacer
Nicolas y David elaboran vinos absolutamente extraordinarios que han ganado en pureza y elegancia con el paso de los años. La vendimia en la finca se realiza de forma totalmente manual, las cajas están perforadas para evitar la más mínima compactación de los racimos de uva.
Los vinos se vinifican suavemente, el despalillado varía del 60 al 100% según la añada. La clarificación del vino se produce sin clarificación ni filtración. Una vez en barrica, los vinos permanecen entre 12 y 20 meses.
De Gevrey-Chambertin a Latricières-Chambertin pasando por Chambertín, Domaine Rossignol-Trapet se ha situado en lo más alto de las denominaciones de origen gracias a la reputación de sus (grandes) vinos. Entre las reconocidas añadas de la finca, encontrará la Chambertin Grand Cru 2017, una añada que le deleitará por su complejo bouquet y su incomparable finura.