Château Henri Bonnaud
una historia de hombres
la historia de Château Henri Bonnaud Es particularmente reciente y se remonta a la primera mitad del siglo XX. Fue en 1920 cuando el Sr. Bonnaud adquirió este terreno. Treinta años después, este entusiasta de la tierra emprendió una reestructuración de la finca; luego a finales de los años 90 se emprendió una replantación total. En aquella época la finca todavía no producía vino propio, sino que abastecía a una cooperativa. finalmente es Stéphane Spitzglous que vinificó en la finca por primera vez en 2004. Decidió llamar a esta añada Château Henri Bonnaud en homenaje a su abuelo fallecido unos años antes. Nacido en la finca y habiendo acompañado a su abuelo en los viñedos durante su juventud, Stéphane tomó las riendas de la propiedad en 1996. Su ambición lo empuja a elaborar su propio vino y también sueña con construir un “Château”. Este deseo se cumplió en 2011, año en el que se colocó la primera piedra.
Agricultura ecológica
Una decisión convencida
En reconversión desde 2010, muy poco después de la primera añada, Stéphane Spitzglous optó por la agricultura ecológica. En 2012 siguió el cambio a la vinificación ecológica. Esta decisión proviene del ambicioso propietario, profundamente convencido de que trabajar respetando el medio ambiente está en el origen de la calidad del producto. Así, desde 2013, año de su certificación”vino organico”, todo el viñedo y los métodos de vinificación utilizados cumplen con las normas europeas. Por ello, en la elaboración de su vino no se utilizan fertilizantes químicos ni herbicidas. La finca esconde otros secretos en el origen de la calidad de sus vinos. Incluso se dice queHenri Bonnaud habló a sus vides…
La denominación Paleta
Un terruño excepcional
las tramas de Château Henri Bonnaud se extienden por varias denominaciones de origen en el corazón de Provenza: Paleta, Côte de Provence, Côte de Sainte-Victoire, y IGP Mediterráneo. Entre ellos, al pie del Montaña Santa Victoria (musa de Paul Cézanne), toma forma la pequeñísima denominación Palette. Esta denominación es una de las más confidenciales de Francia. Cuatro fincas comparten este terreno tan concreto, repartido en sólo 42 hectáreas. En este paisaje rocoso, el suelo está formado por canchales de piedra caliza y el viñedo se beneficia de un microclima protector. De hecho, enclavada en un anfiteatro natural, la zona está protegida del mistral por los relieves de las colinas de Langesse y de gran cabra. Así, gracias a este terroir excepcional, Stéphane Spitzglous produce vinos muy expresivos, de todos los colores, con notas de robles seductores. Ofrece en particular la trilogía “La quintaesencia de la paleta”que hace honor a su nombre muy bien.