Un viaje del mundo al viñedo
La próspera finca de Jessica Litaud
Después de un largo viaje alrededor del mundo, Jessica Litaud decidió seguir los pasos de su padre, Jean-Jacques, convirtiéndose en enólogo. En 2018 se instaló en su pueblo natal de Vergisson, que se encuentra al pie del Roca de Solutré. Se hace cargo de parte de las viñas familiares, que voluntariamente limita a sólo 2,10 hectáreas. Esta decisión le permite trabajar de forma independiente y controlar cada etapa, desde el viñedo hasta la bodega, para crear vinos de alta calidad. Además, anteriormente obtuvo un BTS en comercio de vinos y licores en Davayé. También trabajó junto a dos talentosos enólogos, a saber Jean-Marie Guffens y Jean-François Ganevat.En apenas unas añadas, esta prometedora enóloga ha destacado por la calidad de sus vinos. Sus añadas, disponibles en cantidades muy pequeñas, son ya auténticas rarezas buscadas.
Meticulosidad desde la viña hasta la bodega
La interpretación del terroir en cada añada
Apasionado de la elaboración del vino y atento al detalle, Jessica Litaud da forma a sus vinos como un director de orquesta. Desde la vendimia se presta gran atención a las vides para garantizar la óptima calidad de la uva. El viticultor apuesta por la vendimia manual en cajas de 7 kilos. Controlar las temperaturas de almacenamiento es de capital importancia para garantizar una vinificación sin el uso de aditivos más que la mínima cantidad de azufre necesaria. Antes del prensado, los racimos se enfrían durante medio día. La vinificación se realiza entonces sin adición de elementos artificiales, a excepción de una pequeña cantidad de azufre. Finalmente, la crianza se realiza únicamente en barricas viejas de roble. Este minucioso trato nos permite obtener vinos auténticos, con una mineralidad excepcional y una notable precisión, con el único inconveniente de su rareza. las añadas de Jessica Litaud sorprenden, ha conseguido elevar sus vinos a lo más alto de la denominación Pouilly-Fuissé !
